martes, 15 de enero de 2008

La invasión


Ricardo Piglia, La invasión, Anagrama / Colofón, Col. Narrativas hispánicas, No. 404, México, 2006, 194 pp.

El más reciente libro de Ricardo Piglia (Adrogué, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1940) La invasión, realmente es el primero de su carrera literaria. En 1967 este volumen de cuentos ganó el entonces prestigioso premio de Casa de las Américas (Cuba), lo cual le dio cierta notabilidad en el ambiente literario latinoamericano a su autor.

Piglia ha añadido a esta segunda edición cinco relatos más: “El joyero”, “Desagravio”, “En noviembre”, “El pianista” y “Un pez en el hielo”. Así, se reúnen quince cuentos en total en los que se distinguen las minuciosas lecturas que Piglia ha hecho de Faulkner, Hemingway y Onetti, primordialmente, y de las cuales ha sacado las mejores características para emplear en su narrativa. Lo mismo ocurrió en su siguiente libro de cuentos Nombre falso (1975), por lo cual estos dos volúmenes están hermanados quizá sin pretenderlo. Sin embargo, a lo largo de su carrera literaria, que ya cuenta con novelas imprescindibles como Respiración artificial (1980) y ese deslumbrante anfibio llamado El último lector, Piglia se ha destacado por ser un inclasificable pues sus antecedentes directos dentro del canon literario son difíciles de dilucidar. Añadido a lo anterior, su alto nivel intelectual aún no le allega los todos los lectores que merece ubicándose en un lugar más cercano a los llamados escritores raros.

Los temas de estas historias oscilan continuamente: las pasiones impulsan a muchos de los personajes a situaciones en las que quizá nunca se verían si no estuvieran enamorados, la remembranza de los juegos infantiles y los fracasos de los marginados sociales. También se incluyen un par de ficciones históricas como el genial “Las actas del juicio” y “Mata-hari 55” sobre las actividades subversivas para derrocar a Perón. Es en el relato “La invasión”, que presta su nombre para titular el libro, donde aparece por primera vez Emilio Renzi, una especie de alter ego que después protagonizará Respiración artificial y hará una fugaz aparición hacia el final de la polémica Plata quemada (1998). En “La invasión”, al entrar a una diminuta celda Renzi invade la intimidad de dos presos de distintas razas, pero la intensidad y la fluidez con la que Piglia la escribe resisten hasta que surge el digno y asombroso final.

“Un pez en el hielo”, el relato con el que cierra el tomo y que hasta ahora había permanecido inédito, anticipa o, bien, puede ser un epílogo de ese otro libro genial de Piglia, El último lector (2005). Me explico: toda la historia, donde vuelve aparecer Renzi ahora persiguiendo y al mismo tiempo huyendo del fantasma de un amor mientras disecciona los últimos días de vida del poeta italiano Cesare Pavese, realmente es un pretexto para hablar de la escritura y en particular del diario de Pavese, tal y como lo hace en El último lector con la escritura de Borges, Kafka, Poe, Flaubert, Tolstoi y otros más. Aquí, Piglia vuelve a fusionar sus dotes de experimentado narrador y lúcido ensayista para demostrar porqué es uno de los escritores más vanguardistas.

Con La invasión, Piglia viene a confirmar su lugar—muy merecido, hay que decirlo—dentro de esa rara especie de escritores que Darío llamó “raros” y que hoy llamamos excéntricos, entre los cuales se cuentan Roberto Artl y Filisberto Hernández, tan apreciados por Piglia. Sin duda, Piglia es el mejor escritor argentino vivo y uno de los más sólidos de la lengua española de la actualidad.